Capítulo V: La estancia en Osh

La Sombra de lo Desconocido El camino se extendía ante ellos, un lazo interminable de polvo y piedras que la camioneta, una reliquia traqueteante, devoraba con exasperante lentitud. Cada bache era una sacudida, cada parada forzosa un recordatorio de la inmensidad de la estepa y la precariedad de su viaje. Zenya, al principio, había guardado el diario del Dr. Igor Setechokv con una mezcla de escepticismo y un ligero desinterés. Las "historias de cultos antiguos y seres extraños" que el Camarada Zhukov había mencionado le sonaban a meras supersticiones burguesas. Pero a medida que los kilómetros se acumulaban y el tedio del viaje se instalaba, la curiosidad se abrió paso. Abrió el viejo cuaderno. Sus labios se curvaron en una mueca de incredulidad al principio, mientras sus ojos recorrían las primeras páginas. Sin embargo, a medida que el viaje avanzaba, la incredulidad dio paso a una fascinación sombría. El diario no contenía cuentos, sino relatos escalofriantes de seres que h...